
Si tuviste la suerte de recibir un ramo de flores este San Valentín y sino también pueden ser de auto-regalo, te estarás preguntando cómo alargar la vida de esas rosas preciosas. En Florella llevamos más de 20 años trabajando con flores y te invitamos a leer cuáles son los métodos más efectivos que recomiendan los expertos para hacer que tus flores se vean lindas y saludables durante más tiempo.
1. Cortarlas
Lo primero que debes saber, hay que cortarles los tallos con unas tijeras afiladas o un cuchillo y sacarles alrededor de dos centímetros. El corte debe ser en diagonal porque si lo haces recto, cuando metas el tallo dentro del jarrón se apoyará completamente en el fondo y la flor no podrá beber. Con un corte diagonal, se apoya y a la vez tiene espacio para poder absorber el agua. También es importante volver a cortar el tallo (con medio centímetro alcanza) cada pocos días para que los vasos de absorción se mantengan sanos.
Si están atadas en un ramo no hace falta que le cortemos la goma elástica o lo que sea que las mantenga unidas. Esto dependerá de si nos gusta la forma en que están ordenadas, pero no tiene un impacto directo sobre su longevidad.
Otro detalle importante es cortar las hojas y ramas que están por debajo de la línea del agua para evitar que ésta se pudra.
Y es que las bacterias son las principales enemigas de las flores cortadas. Todo el mundo cree que las flores necesitan agua, nutrientes, pero lo principal es mantener el ambiente lo más limpio posible porque, de otra manera, las bacterias bloquean los tejidos del tallo que transportan el agua, y la flor acaba languideciendo.
2. ¿Qué le pongo en el agua?
Lo importante aquí es incorporar algo que detenga la aparición de bacterias, señala Bostock. En un litro de agua, debemos agregar unas pocas gotas de lejía, una cucharada de azúcar y unas gotas de vinagre. Ésta es la fórmula más sencilla y más barata.
¿Y que hay de las recomendaciones de añadir aspirina, Sprite o Seven-Up o alguna bebida alcohólica? no tiene sentido utilizar una bebida espirituosa y reemplazar el azúcar por una gaseosa es posible, siempre y cuando no nos extralimitemos en la cantidad. En cuanto a la aspirina… no lo recomendamos.
3.Florero impecable
Aunque antes de pensar en el agua, debemos pensar en el recipiente donde vamos a colocar las flores. La mayoría de las veces solemos rescatar un florero guardado en un armario de la cocina que delata su falta de uso por la delgada línea amarilla dejada por el agua sucia de la última vez que le pusimos flores. Por nimio que parezca este detalle, puede acortar la vida de nuestras flores. El jarrón debe estar impecable para evitar las bacterias. Trata al florero como si fuese la taza en la que te vas a hacer un té.
4. ¿Dónde ponerlas?
Lo ideal es ubicarlas en un sitio con luz natural, lejos del radiador o cualquier dispositivo electrónico que sea una fuente de calor. Sol directo tampoco es recomendable porque aumenta la temperatura. En las floristerías, muchas flores se conservan dentro de una cámara de frío, pero la idea de ponerlas dentro de la nevera por la noche para alagarles la vida, es un tanto absurda.